Existe un amplio consenso sobre la importancia que tiene la
educación parvularia, en tanto constituye base y pilar fundamental de todo el
proceso formativo. Con esta convicción se ha estado desarrollando una valiosa
campaña para promover el ingreso de niños a la educación preescolar,
especialmente los sectores más vulnerables.
Llama entonces la atención que en el proyecto de ley sobre la Carrera Profesional Docente que se empieza
a debatir, exista un segmento de educadores de este nivel educativo que
quedan excluidos de sus eventuales beneficios, son aquellos encargados de los
primeros años educativos (0 a 4 años)
precisamente los que, en los actuales hallazgos de las neurociencias,
aparecen como cruciales para el desarrollo humano. De esta manera si aspiramos
a mejorar la calidad educativa desde al cuna, es central que la iniciativa de
ley no pierda relevancia por esta delicada omisión.
María Isabel Díaz
Educadora de Párvulos
Doctora en Educación